SERIE PALABRA | La Escafandra y la mariposa

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En 1995, Jean-Dominique Bauby era el editor en jefe de Elle francés, padre de dos niños pequeños, un hombre de 44 años conocido y querido por su ingenio, su estilo y su enfoque apasionado de la vida. A finales de año también fue víctima de un raro tipo de accidente cerebrovascular en el tronco encefálico. Después de 20 días en coma, Bauby se despertó con el síndrome del enclaustramiento. Su mente no estaba dañada, pero Su cuerpo casi había dejado de funcionar: solo funcionaba su ojo izquierdo, lo que le permitía ver y, al parpadear. Antes del incidente, Bauby había firmado un contrato para escribir el libro. Siguiendo con su compromiso y casi milagrosamente, pronto pudo expresarse con todo lujo de detalles: dictando una palabra a la vez, parpadeando para seleccionar cada letra mientras se le recitaba un alfabeto de 26 letras lentamente, una y otra vez. Su terapeuta, recitaba el alfabeto hasta que Bauby parpadeaba en la letra correcta y grabó el manuscrito de 130 páginas letra por letra en el transcurso de dos meses, trabajando tres horas al día, siete días a la semana., siendo capaz finalmente de componer este trágico, impactante y profundo libro: La escafandra y la mariposa A veces melancólico, travieso, enojado e ingenioso, Bauby da testimonio de su determinación de vivir tan plenamente en su mente como lo había sido en su cuerpo. Explica la alegría y la profunda tristeza de ver a sus hijos y de escuchar la voz de su anciano padre en el teléfono. En secuencias mágicas, imagina viajar a otros lugares y tiempos y acostarse junto a la mujer que ama. Pese a que no sentía dolor físico, aun podía sentir el dolor mental de su perdida motora completa, el dolor que experimenta por ejemplo un amputado. Alimentado solo por vía intravenosa, se imagina preparando y probando todo el sabor de deliciosos platos. Una y otra vez regresa a una "reserva inagotable de sensaciones", manteniéndose en contacto consigo mismo y con la vida que lo rodea. Jean-Dominique Bauby murió dos días después de la publicación francesa de la escafandra y la mariposa. El libro es un testimonio duradero de su vida que nos enseña tantas verdades de nuestra mete, cerebro, memorias y experiencias. Primero, que lo maravilloso de que podamos movernos, ver, tocar, sentir, oler, palpar, gustar. Tener un contacto con la creación que nos rodea, y ser capaz de registrar nuestras experiencias a través de las memorias que luego conservaremos durante muchos años. La historia de Bauby también toca mis memorias y mis recuerdos. Nuestro cerebro registra con mayor potencia nuestras memorias malas, que son capaces de sobre-escribir las buenas. No sé quién seas, ni cuántas memorias bonitas tengas, pero nos ayuda bien recordar las experiencias bellas que hemos podido experimentar aun en los peores escenarios. Eso fue lo que mantuvo con esperanza y propósito a Bauby incluso después de haber perdido la sensibilidad de su cuerpo. Por último, Somos más que nuestro cuerpo: somos nuestros anhelos, nuestros sueños, nuestros recuerdos, nuestra consciencia e inconsciencia. Somos presente y futuro, somos pasado reconstruyéndonos. Somos cuando nos recuerdan y aun somos cuando nos olvidan. Amar el ser de alguien y sentirnos amados va más allá de nuestras células. Experimentamos el alma cuando quienes nos rodean, aun después de tantos años de estar con nosotros, no puede conocer en su totalidad el corazón de tu corazón, el lugar donde encontramos a Dios y besamos la eternidad. Permite a tus sentidos tocar día a día lo hermoso de la vida, y deja que tu vida sea encontrada por tu alma, especialmente en aquellas noches donde tu cuerpo se siente atrapado y perdido.